Demencia es un término general para un deterioro grave de la capacidad mental que interfiere con la vida cotidiana. La pérdida de memoria es un ejemplo.
La demencia no es una enfermedad específica; es un término general que describe una amplia gama de síntomas asociados con el deterioro de la memoria y otras habilidades del pensamiento como la velocidad de procesamiento de la información, que llegan a reducir la capacidad de una persona de realizar sus actividades diarias.
Existen muchas afecciones que pueden causar síntomas de demencia. La enfermedad de Alzheimer causa alrededor del 60-70% de los casos, por lo que es una de las causas más comunes de deterioro cognitivo. La demencia vascular, que ocurre después de un accidente cerebrovascular clínico o subclínico, es el segundo tipo de demencia más común.
Las enfermedades neurodegenerativas crónicas comienzan lentamente y empeoran progresivamente con el tiempo. Con frecuencia se hace referencia incorrectamente como “demencia senil”, lo que refleja una creencia extendida pero incorrecta de que el deterioro cognitivo es una consecuencia normal del envejecimiento. El director de la Facultad de Medicina de la Universidad George Washington sostiene que el cerebro de una persona mayor es mucho más flexible de lo que comúnmente se cree. A estas edades, la interacción de los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro se vuelve armoniosa, lo que amplía nuestras posibilidades creativas. Es por eso que entre las personas mayores de 60 años se pueden encontrar muchas personalidades que acaban de iniciar sus actividades creativas.
Si bien los síntomas de demencia varían mucho, al menos dos de las siguientes funciones mentales básicas deben verse significativamente afectadas para que se considere el diagnóstico inicial de demencia:
Memoria, velocidad de procesamiento de la información, comunicación y lenguaje, capacidad de concentrarse y prestar atención, razonamiento y juicio.
A medida que avanza la enfermedad, los síntomas incluyen cambios de humor, pérdida de motivación, problemas de comportamiento y no poder cuidar de sí mismo.
Si usted o un ser querido experimenta dificultades con la memoria, lentitud en el procesamiento de la información u otros cambios en las habilidades del pensamiento, no lo ignore; consulte prioritariamente a un neurólogo para determinar la causa. Una evaluación profesional puede detectar una afección tratable, e incluso si el síntoma sugiere demencia, el diagnóstico temprano le permite a una persona aprovechar al máximo los tratamientos disponibles. Los neurojuegos hacen parte de ese arsenal terapéutico.